El suelo estaba cubierto por una capa de plástico gris que se extendía desde la cima de las montañas hasta el fondo de los mares. Un día, en un baúl olvidado durante siglos, un ciudadano encontró una semilla, la última que quedaba en el planeta. Corrió por las calles lisas para mostrarla como si fuera una lámpara. Las computadoras dieron la alarma. Un robot gigante detectó al exaltado y en pocos segundos estuvo junto a él para levantar una bota de varias toneladas y aplastarlo. El cuerpo, hecho papilla, atravesó la capa protectora y se hundió en la tierra. Carros especiales cubrieron el agujero escupiendo plástico gris y el hormiguero volvió a su actividad incesante. Sin embargo, entre los restos del hombre, bajo la superficie fría, germinó la semilla. Pronto la tierra se llenó de raíces. Poderosos vegetales, en una invasión incontrolable, hicieron estallar la cáscara e invadieron las ciudades. Los hombres recuperaron la memoria.
Espero te sea útil
Saludos, Yraida
Texto: Alejandro Jodorowsky
Ilustración: Boucq
Saludos, Yraida
Texto: Alejandro Jodorowsky
Ilustración: Boucq
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