Recibir-me:
Re-conozco mis máscaras, me sé en ellas. Me sé con mi ser inferior, con mi ser superior, con mi Ser, mi Yo con mi luz y mi sombra, mis opuestos… Y con esto me tomo para poder tomar-te, me amo para poder amar-te, me doy para poder dar-te. Esto sin dar permiso a que me trasgredan física, mental, emocional y espiritualmente. Este poder solo lo tengo yo y como esto es así, dejo de juzgar-me para poder mirar-te tal cuál eres.
Quien no sabe amarse a sí mismo no podrá amar a los demás. La seguridad radica en poder decirse: “aquí estoy, no te cargo; lo único que puedo hacer por ti es orar. Si te quieres hacer daño, esa es tu decisión, es tu derecho a equivocarte, es tu derecho a acertar. Te miro con compasión”.
Me recibo para recibir-te, en esto consiste el amor incondicional. Gracias Juan por mostrármelo y permitirme compartirlo contigo y con mis apreciados lectores.
Luz y Amor para ti
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