En nuestras relaciones mantenemos un constante intercambio entre el dar y el recibir. Muchas veces este intercambio sufre un desbalance cuando damos más, cuando damos menos o cuando simplemente no sabemos recibir.
Cuando das más, quien recibe se siente saturad@ y en desventaja; por ello se retira, no sabe cómo devolver tanto.
Cuando das menos, quien recibe se siente descompensado y subvalorado; igualmente puede retirarse o generar espectativas demandantes.
Cuando no recibes, quien te da se siente menospreciado y ante la frustración de no conseguir la compensación, se retira.
Para construir relaciones sanas y en bien-estar se precisa de un intercambio en equilibrio. Si das algo gratificante para el otro, asegúrate de recibir con apertura lo que ese otro (y el universo) te devuelve en agradecimiento. Si recibes algo gratificante, asegúrate de multiplicarlo y transformalo para ser compartido. Si recibes algo que no te agrada, devuelve algo mejor.
Quién da, desocupa sus manos para recibir. Sí, ocúpate de lo que vas a dar y asegúrate de recibir los regalos que la vida día a día te da.
Saludos y Abrazos,
Yraida
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