Muchas personas, porque no han realizado
sus ilusiones, se sienten fracasadas y viendo la realización de otros se llenan
de rabia y odio, que en el fondo es sufrimiento. Esta fábula puede serles útil:
Las mariposas pusieron
huevos, de los que salieron gusanos que treparon por el tronco de árboles para
secretar hilos hasta formar blancos capullos que, al cabo de un tempo, se
abrieron expulsando mariposas que revolotearon como aterciopelados gritos de color…
Un pollo silvestre observó con envidia todo el proceso. Dejó de jugar con sus
camaradas y anheló tener inmensas alas y revolotear por encima de las plantas
cual flor viva. Pensó: “Si esos gusanos asquerosos pueden transformarse en
seres tan bellos, por qué no yo?” Recogió trozos de estambre, hilachos, fibras
secas, cáñamo. Cargando su material, trepó a una roca alta y desde allí saltó
para caer en la copa de un árbol. Se envolvió hasta quedar encerrado en una
especie de capullo y, protegido por una rama, se puso a dormir esperando despertar
convertido en mariposa. Pasó el tiempo. Torturado por la sed y el hambre,
despertó. “Llegó el gran momento!”, se dijo. Rompió los estambres a picotazos.
No se había transformado en mariposa, pero un cambio había ocurrido: ya no era
pollo sino gallito… Volando torpemente, muy decepcionado, fue a jugar con sus
hermanos. Estos, correteando el día entero bajo el sol, bien alimentados, se
habían convertido en ejemplares de pelea. El gallito, desnutrido, enclenque por
la falta de ejercicio, no pudo hacerles frente. Fue picoteado y despreciado. El
ave comenzó a odiar a las mariposas, considerándolas culpables de sus males. A
manera de venganza, recorrió el bosque destruyendo cada capullo que encontraba
o mariposa que podía cazar.
En realidad muchas personas se sienten
fracasadas porque no pudieron realizar una obra que no les correspondía. Todos
servimos para algo, pero no todos servimos para lo mismo. Sucede a menudo que
quien se ha equivocado de camino atribuye su derrota a circunstancias
exteriores y se vuelve enemigo furibundo de lo que en principio amó… Tenemos
una cantidad limitada de energía vital. Seamos cuidadosos. Errar de meta es
perder sólo aquello para lo que no servimos sino también aquello en lo que
podríamos haber descollado.
Fuente: Alejandor Jodorowsky en Plano
Creativo
Espero te sea útil
Saludos, Yraida
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