Dicen que “ante un vendaval es más útil ser flexible como un junco que fuerte como un roble” y la vida nos ofrece vendavales para que subamos un escalón más en nuestro proceso de crecimiento y aprendizaje. Aquí, un cuento útil para mirar el tema.
El discípulo fue a visitar al maestro en el lecho de muerte.
- “Déjame en herencia un poco de tu sabiduría”, le pidió.
El sabio abrió la boca y pidió al joven que se la mirara por dentro
- “¿Tengo lengua?”
- “Seguro”, respondió el discípulo.
- “¿Y los dientes, tengo aún dientes?”
- “No”, replicó el discípulo. “No veo los dientes.”
- “¿Y sabes por qué la lengua dura más que los dientes? Porque es flexible. Los dientes, en cambio, se caen antes porque son duros e inflexibles. Así que acabas de aprender lo único que vale la pena aprender.”
Con afecto,
Yraida
Con afecto,
Yraida
2 comentarios:
Hola, Yraida.
Eso está muy bien, pero prefiero morir tronchado por el viento, como un chopo, que vivir toda la vida doblado por y hacia donde el viento se le antoje.
Un abrazo.
Hola Juan Ignacio.
Que gusto leerte. Ciertamente juncos y robles son parte de la vida: flexibilidad y determinación. Me acabas de regalar una sonrisa. Gracias!
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