El grito by Edvard Munch |
Desde Plano Creativo traigo estas líneas que expresan el sentir y pensar de Alejandro Jodorowsky y Martín Bakero sobre la locura, experiencias que nos facilitan ampliar la mirada respecto a este tema.
¿Qué es un “loco”?
Es un hombre sano que no produce obra.
¿Y un enfermo?
Un enfermo es alguien a quien se le han prohibido ciertas cosas que quería, y se le ha obligado a hacer otras que no quería hacer. Alguien que no se da cuenta de lo que es en realidad…
¿Existe una línea fronteriza que separe la locura y la cordura?
Una cosa diferente es la locura y otra la manifestación de la locura. Todos tenemos un loco dentro, un ser capaz de perder el hilo que le une a la razón y desconectarse del mundo de la cordura. Entrar en la locura manifiesta, significa no ser capaz de convivir con los demás en el surco del sistema llamado sociedad. Un loco delira y la palabra delirio proviene de “delirare”, en latín, “salirse del surco.
¿De dónde puede originarse el miedo a la locura y cómo se puede superar?
El miedo a la locura es algo que nos llega por la vía del ego intelectual. Los miedos se superan marcándonos finalidades, objetivos y por medio del trabajo para lograrlos con disciplina.
Entonces, ¿es el árbol genealógico el responsable de nuestra locura?
El árbol genealógico moldea a sus frutos para hacerlos útiles a su misión, y para que cumplan a ciegas la ley de la repetición. Si falta un miembro, al que nace se le impone la identidad del desaparecido. Si nacen dos en lugar de uno, se reparten los papeles disponibles entre los dos nuevos frutos. Es así, que los deseos, las pulsiones, las finalidades propias de cada ser son prohibidos, aunque no por ello desaparecen, se transforman, se subliman o se reprimen. Muchas enfermedades, síntomas psiquiátricos y conflictos psicológicos provienen de toda esta locura.
¿Qué significado tiene el delirio del loco?
El contenido delirante de un esquizofrénico por ejemplo, es el resultado de un malogrado intento del inconsciente por solucionar un conflicto. Al igual que un sueño, un síntoma somático, una enfermedad, un acto fallido, el delirio encierra un mensaje en clave. Es una teatralización metafórica de lo reprimido.
Árbol genealógico, trauma reprimido, delirio psicótico… por favor, ¿podría poner un ejemplo aclaratorio?
Por supuesto. Recuerdo ahora el caso de una mujer llamada Antonia, diagnosticada de esquizofrenia, cuyo comportamiento delirante consistía en insultar a Dios delante de las iglesias de su pueblo, totalmente desnuda. Toda una ópera esperpéntica e impúdica que escandalizaba noche a noche a sus vecinos bajo la luz de la luna. En su historial clínico encontramos que sus padres la desearon como varón (vino al mundo después del fallecimiento de un hermano, llamado Antonio) e inconscientemente reprimieron todo lo femenino de su ser desde que nació. Ya en el instituto la llamaban lesbiana y sufrió acoso escolar. Cuando tuvo la primera regla, la obligaron a guardar el secreto y todo lo sexual fue siempre un tema tabú en su hogar. Ella, por lealtad, obedeció a la orden del árbol y vivió su sexualidad de modo ambiguo. Al morir sus padres tuvo el primer brote psicótico. Mostrar su cuerpo de mujer delante de la madre iglesia e insultar al padre Dios, es una forma de liberar el trauma. Sólo que es una forma inadecuada, ineficaz, porque lo hace saliéndose del surco, de lo admitido en la sociedad.
¿Qué diferencia hay entre la locura neurótica y la locura psicótica?
Ambos rechazan la realidad, pero mientras el neurótico sufre intentado adaptarse a ella encerrado en su deseo, el psicótico crea “su propia realidad” y allí vive su deseo.
A Martín Bakero (psiquiatra): ¿Cómo trata la locura?
Poco a poco he ido aplicando las leyes de la psicomagia a la terapia de los locos. Un camino que comienza y que empieza a rendir sus primeros frutos. Utilizo en la actualidad dos nuevos términos: el ‘sintomarte’ (transformar los síntomas en arte) empleado con enfermos psicóticos y convierte a su vez a los terapeutas en ‘terapoetas’.
¿El loco que “produce obra” se cura?
Sí, porque es “una manera de que sus tinieblas se vean y, al mismo tiempo, sean útiles”. “Las parte psicótica -señaló – se pone al servicio de la parte creativa, al igual que decían los antiguos cabalistas de poner nuestros demonios a nuestro servicio, a trabajar para nosotros”.
¿El arte también puede ayudar a liberarnos de la locura?
Según Alejandro Jodorowsky, “el arte es como una vía de escape, esa vía de escape que tienen los automóviles…Entonces, el arte ayuda a descargar energías. Ahora, en el tubo de escape hay quien pone filtros y hay quien no los pone. El que no pone filtros descarga la energía de forma negativa. El que pone filtros transforma esa energía y la descarga en forma positiva, creando un arte para sanar”
¿Puede haber genialidad tras “la aparente locura”? o preguntado de otro modo: ¿Son los genios unos locos aceptados?
¿Qué tenían en común Albert Einstein, Isaac Newton, Mozart, Beethoven, Inmanuel Kant y Hans Christian Andersen? Según Michael Fitzgerald, psiquiatra irlandés del Trinity Collage de Dublín, todos estos grandes genios de la historia sufrieron alguna forma de autismo a lo largo de su vida. Para llegar a esta conclusión el investigador ha comparado las características de 1.600 pacientes diagnosticados de autismo por él mismo con las biografías de muchos personajes famosos. Según Fitzgerald la psiquiatría tiende a centrarse exclusivamente en el lado negativo de diferentes formas de enfermedad mental, pero su trabajo demuestra que “los desórdenes psiquiátricos también pueden tener una dimensión positiva”.
Los psicóticos que trabajan sobre sus síntomas “se vuelven genios” y cuando se integran y la sociedad les da un hueco, actúan como un poeta y crean vanguardias. Martín Bakero
Espero te sea útil
Yraida
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