Un paseante vio una vez a un pastor que, subido a una escalera, daba de comer de las tiernas ramas de un árbol a una cabra que llevaba en brazos.
A cada rato debía bajarse de la escalera y buscar una nueva posición donde subirse, para que la cabra comiera hojas verdes.
Intrigado, preguntó el paseante al pastor:
-¿Qué haces ahí subido a la escalera?
-¿No lo ves? -contestó el pastor- Doy de comer a la cabra.
-¿Y cómo se te ocurre hacer eso? –preguntó intrigado el paseante- ¿No ves que así vas a tardar muchísimo tiempo?
-¿Y qué prisa tiene la cabra? –respondió el pastor- .
Espero te sea útil
Saludos, Yraida
Imagen: Patricia Metola. Ilustración para Antología
Saludos, Yraida
Imagen: Patricia Metola. Ilustración para Antología
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